“Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria.” (Lc 10, 41)
Te preocupas y te agitas: te preocupas por tu familia, por tu trabajo, por tu economía, por tu salud, por tu bienestar, por tu vejez, por tu soledad, entre muchas otras cosas. Precisamente, son esas preocupaciones las que te ponen inquieto y nervioso. Es necesario buscar un equilibrio entre la mente y el alma, entre la actividad y la reflexión.
“Sólo una es necesaria” (Lc 10, 42b): Escuchar.
La realidad es que no tienes tiempo para escuchar. No te ejercitas en la escucha. Sin embargo, quien sabe escuchar capta, comprende y vive con tranquilidad y serenidad. Quien escucha acepta un consejo, una exhortación, una corrección. La escucha es apertura del corazón y del espíritu.
Este domingo, el Evangelio te dirá:
“Andas inquieto y nervioso con tantas cosas; sólo una es necesaria.” (v. 42)
“María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.” (v. 39)
María escuchaba a Dios, contemplaba a Dios, disfrutaba de su presencia. En ella no había prisa ni ansiedad. “María, pues, ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.” (v. 42b)
María tiene paz interior, tranquilidad espiritual, serenidad del alma. Escuchando la Palabra de Dios, vive feliz. Esa es la parte mejor: sentarse a los pies de Jesús y dejar que su Palabra transforme tu vida.
Esta semana, date ese regalo. Haz una pausa en medio del ruido y las ocupaciones. Siéntate a los pies de Jesús. Escúchalo.
Decimosexto domingo del tiempo ordinario
P. Héctor Manuel Peña Lancheros – Párroco Santa Gema
Lc. 10, 38 – 42
