Santa Gema Galgani
Fiesta litúrgica: 16 de mayo
Biografía

Santa Gema Galgani nació el 12 de marzo de 1878 en Borgonovo di Camigliano (Lucca), en la región de Toscana, Italia. Fue la cuarta de ocho hermanos en una familia profundamente cristiana. Desde su niñez demostró una gran sensibilidad espiritual, cultivada especialmente por su madre, Aurelia.
A muy corta edad quedó huérfana, y su vida se caracterizó desde entonces por el sufrimiento y la pobreza. Sin embargo, estos desafíos solo fortalecieron su deseo de unirse a Cristo en su Pasión. Desde pequeña se consagró a la meditación del sufrimiento de Jesús, y vivió con una intensa devoción a la Eucaristía y a Jesús Crucificado.
Gema deseaba ardientemente consagrarse como religiosa pasionista, pero su delicada salud —particularmente la tuberculosis que acabaría con su vida— no se lo permitió. A pesar de no haber ingresado en un convento, vivió una vida profundamente mística: mantuvo diálogos espirituales con Jesús, la Virgen María, su Ángel de la Guarda y San Gabriel de la Dolorosa.
Murió muy joven, el 11 de abril de 1903, en Sábado Santo, a los 25 años. Fue acompañada espiritualmente por sacerdotes pasionistas, quienes también promovieron su causa de beatificación (1933, Papa Pío XI) y canonización (1940, Papa Pío XII). Fue proclamada santa durante la fiesta de la Ascensión del Señor, el 2 de mayo de 1940, siendo considerada la primera santa canonizada del siglo XX.
Santa Gema es modelo de vida espiritual, entrega, pureza, y amor a Cristo crucificado.
Santa Gema, intercede por nosotros ante el Señor Crucificado.
Frases de Santa Gema
“Tú sólo, Jesús, sólo tú puedes calmar las tempestades que se levantan de vez en cuando en mi corazón; sólo tú puedes fortalecer mi alma, tú sólo, porque, aunque tú estés solo, puedes hacer todo.”
“Comulgar es participar de la fiesta del amor de Jesús.”
“Jesús, yo quiero llegar con mi voz hasta los últimos confines del universo para alcanzar a todos los pecadores y gritarles que entren todos dentro de tu Corazón.”
Cinco propósitos de vida de Santa Gema

- Confesarse y comulgar cada vez como si fuera la última.
Este propósito refleja la conciencia de la importancia de los sacramentos y la necesidad de vivirlos con devoción y preparación profunda. - Visitar frecuentemente a Jesús Sacramentado, especialmente en momentos de aflicción.
Para Gema, la Eucaristía era refugio, consuelo y fuente de fortaleza espiritual. - Prepararse para las festividades de la Virgen María mediante alguna mortificación y solicitar su bendición cada noche.
Un signo de su profundo amor y confianza en la intercesión de la Madre de Dios. - Vivir constantemente en la presencia de Dios.
Gema aspiraba a mantener su corazón unido a Dios durante toda la jornada, ofreciendo cada acto con amor y humildad. - Al escuchar el sonido del reloj, repetir tres veces: “Jesús mío, misericordia”.
Un hábito piadoso que le ayudaba a recordar la presencia constante del Señor y su infinita misericordia.